miércoles, 4 de diciembre de 2013

Recomendaciones para una buena limpieza de cutis

La limpieza de cutis es más que recomendable para mantener la piel de la cara en perfectas condiciones y eliminar las impurezas que en ella se acumulan por la acción de la contaminación ambiental o los restos de maquillaje.
Si no se realiza una limpieza de cutis al menos una vez por semana, la suciedad, los puntos negros, la grasa generada por la piel, las manchas que puedan aparecer e incluso las arrugas restarán brillo y vitalidad al rostro, favoreciendo además el envejecimiento epitelial.
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La limpieza de cutis, asimismo, es esencial para que los tratamientos de belleza puedan tener éxito y debe realizarse correctamente siguiendo los pasos necesarios:
   
  • Lo primero es desmaquillarse de forma meticulosa evitando que queden restos.
  • Posteriormente hay que lavarse la cara con agua caliente o aplicar vapor directamente sobre la cara, con el de que se abran los poros y sea más fácil eliminar la suciedad acumulada en ellos. Luego hay que utilizar un jabón o una espuma, leche  o crema limpiadora.
  • El siguiente paso imprescindible para una correcta limpieza de cutis  es la exfoliación, para la que se pueden utilizar cremas exfoliantes y otros productos -por ejemplo, cepillos especiales. Los hay específicos para cada tipo de piel-. La exfoliación permite arrastrar la suciedad contenida en los poros de la piel, la grasa acumulada y la piel descamada.
  • La limpieza de cutis  se puede completar con la aplicación de una mascarilla, que puede ser de acción hidratante, purificadora, iluminadora, etc. Depende de los gustos de cada persona.
  • Por último, conviene señalar la conveniencia de evitar el uso de maquillaje durante unas 12 horas.
Se recomienda hacer la limpieza de cutis una vez a la semana, aunque también es conveniente ponerse en manos de un profesional una vez al año.

Sales de Schüssler

Las sales de Schüssler son medicamentos homeopáticos elaborados a partir de compuestos inorgánicos presentes en las células del organismo humano.
La terapia con estas sales fue ideada en el siglo XIX por el homeópata alemán Willhelm Heinrich Schüssler, a raíz de analizar las cenizas de cuerpos incinerados e identificar 12 sales diferentes. Ello le llevó a determinar que estas sales están presentes en los diferentes tejidos del organismo y que una alteración de la cantidad de estas presentes en el organismo es la causa de las enfermedades.
El creador de esta terapia consideró que el aporte de estas sales en cantidades infinitesimales estimula a las células para absorber los minerales. Esto es la teoría en la que se basa su uso medicinal, al que se denomina terapia bioquímica con sales de Schüssler, aunque no hay evidencias científicas que la confirmen.
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Las 12 sales de Schüssler son las siguientes:

  • Calcium fluoratum.
  • Calcium phosphoricum.
  • Ferrum phosphoricum.
  • Kalium chloratum.
  • Kalium phosphoricum.
  • Kalium sulfuricum.
  • Magnesium phosphoricum.
  • Natrium chloratum.
  • Natrium phosphoricum.
  • Natrium sulfuricum.
  • Silicea.
  • Calcium sulfuricum.
Cada una de las sales de Schüssler tienen una o más acciones específicas y se pueden utilizar individualmente en combinación con otras, dependiendo de qué problema haya que tratar: mejora de la salud de cualquier tejido (óseo, muscular, uñas, pelo, etc.) eliminar toxinas, reducir la inflamación, tratar infecciones, equilibrar el sistema nervioso o activar el sistema inmunológico, entre otras aplicaciones.
Asimismo, según quienes practican este tipo de terapia, las sales de Schüssler se pueden utilizar con fines preventivos, ya que permiten mantener el balance de los correspondientes minerales en el conjunto del organismo.

Los componentes del humo del tabaco

La nicotina es el componente más conocido del humo del tabaco, entre otras razones porque es el más adictivo de todos ellos. Actúa sobre un neurotransmisor que regula la secreción de más de 200 sustancias neuroquímicas encargadas de las diferentes funciones del organismo. Además, la nicotina genera en el cerebro la liberación de dopamina, que proporciona la sensación de satisfacción y recompensa, y activa la noradrenalina, encargada de calmar la sensación de ansiedad y la irritabilidad.

Pero, además de la nicotina, el humo del tabaco que se inhala con cada bocanada contiene al menos 4.865 sustancias, entre las que figuran numerosas toxinas y carcinógenos:

Sustancias carcinógenas
  • Alquitranes: Es un componente del asfalto con el que hacen las carreteras y actúa dañando el núcleo celular, lo que favorece la aparición de patologías tumorales. Uno de sus componentes, la creosota, es especialmente carcinógeno.
  • Cloruro de vinilo: Está presente en todos los elementos plásticos que se utilizan en la construcción (ventanas, tuberías, etc.)
  • Polonio 210: Es una sustancia muy tóxica e incluso radiactiva.
  • Benzopireno: Es un hidrocarburo que contienen algunos alimentos, como las carnes y el pescado.
  • Benceno: Es un componente natural del petróleo crudo. Se utiliza en la fabricación de plásticos, resinas tinturas, detergentes o pesticidas.
  • Formaldheido: Se utiliza para la conservación de cadáveres y tejidos.
  • Uretano: Se encuentra en algunos componentes de los vehículos, como los salpicaderos y se una en la fabricación de embalajes.
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Gases venenosos
  • Monóxido de carbono: Lo producen los tubos de escape de los vehículos o las estufas de butano y las calderas de calefacción.
  • Ácido clorhídrico: Es altamente tóxico, hasta el punto de utilizarse en la fabricación de armas químicas.
  • Butano: Se consume habitualmente en muchos hogares españoles (estufas, cocinas, etc.)
  • Metanol: Se produce en los basureros por degradación de la materia orgánica acumulada.
  • Amoniaco: A parte de utilizarse en la limpieza del hogar, es un componente de algunos pesticidas.
  • Disolventes: Entre ellos tolueno y acetona. Sus vapores son tóxicos, especialmente si se aspiran durante largo tiempo.
  • Ácido sulfhídrico: Se encuentra en el petróleo crudo y en el gas natural y es altamente tóxico.
Metales tóxicos
  • Cadmio y níquel:Se utiliza en la fabricación de pilas.
  • Cromo y plomo: Hay que considerar que las tuberías de plomo se han eliminado en la construcción por su elevada toxicidad.
  • Arsénico: Veneno presente en los raticidas.
Sustancias oxidantes

Destacan los radicales tóxicos del oxígeno, el monóxido de nitrógeno y el óxido de azufre. Los dos últimos desempeñan una papel muy importante en la aparición de las enfermedades pulmonares, ya que causan la oxidación e inflamación de las paredes de bronquios y alveolos, produciendo bronquitis crónica y enfisema pulmonar.

Son tan sólo unas pocas de las 4.685 sustancias diferentes que se inhalan con el humo del tabaco y que son altamente tóxicas, tanto para los tejidos del sistema respiratorio y circulatorio como para las células del conjunto del organismo humano.